martes, 9 de agosto de 2011

Cazador de Demonios: Solomon Kane



Años atrás, el personaje de Solomon Kane me había interesado mucho, después de haberlo conocido en un breve relato de su creador, Robert Howard, el mismo que diera vida a Conan el Bárbaro. Las aventuras de Kane (un sombrío puritano del siglo XVII) aparecieron entre 1928 y 1932 en una legendaria publicación gráfica denominada "Weird Tales". Kane (interpretado por el actor británico James Purefoy, a quien viéramos antes en "Resident Evil" y "La Feria de las Vanidades") es un noble vagabundo que deambula por la tierra combatiendo a las fuerzas del infierno, por lo cual sus peripecias aparecen enmarcadas en oscuros y tenebrosos parajes. Y los engendros a los cuales se enfrenta están a tono con esa misma descripción.

Pues entonces, las expectativas por ver la versión fílmica de este singular personaje, dirigida por el joven cineasta Michael Bassett (quien tan sólo cuenta con tres títulos filmados en su haber), a priori eran excitantes. Inclusive las mismas no mermaron pese a que en las primeras imágenes de la película, se nota demasiado la mano de las técnicas de computación en la parte fotográfica.

La historia comienza con el Capitán Solomon Kane siendo condenado a que su alma sea entregada al Diablo por un siniestro emisario del mismo, luego de que Kane sembrara la muerte y el pánico entre propios y extraños, mientras buscaba un tesoro sagrado.
Posteriormente, Kane trata de ocultarse refugiándose en un austero monasterio cristiano, pese a ser un noble propietario de tierras y riquezas. De dicho antro religioso va a ser invitado a retirarse, debiendo salir a confrontar a las fuerzas del Mal que pugnan por llevar su alma al averno.

En su camino topará con una amable familia de viajeros -muy creyentes-, que lo ayudarán tras ser atacado por un trío de malvivientes en el bosque (Dado que Solomon se llama a sí mismo "un hombre de paz", rehúsa empuñar las armas y no se defiende de dichos sujetos, resultando herido por ellos). A dicha familia se les unirá en su andar, hasta que se encuentran con las malignas fuerzas del hechicero Malachi (Jason Flemyng), quienes asesinan a casi todos ellos, llevándose a su hija Meredith (Rachel Hurd Wood). Solomon jura rescatarla, tras recibir una especie de bendición del moribundo padre de la adolescente, quien le asegura que su alma se redimirá si concreta el salvataje de Meredith.

Con el retorno de Kane a la acción, comienza la parte más vertiginosa del filme, que incluye una vuelta de tuerca acerca de la identidad de un misterioso jinete enmascarado del cual se vale el maligno Malachi para llevar adelante sus impiadosos crímenes por toda la comarca.

El guión es bastante básico, pero a la vez efectivo. La película dista mucho de ser una joya del séptimo arte, pero se las ingenia para mantenerse entretenida a lo largo de la poco más de hora y media de su duración. Quizás le juega un poco en contra el parecido del personaje principal con Van Helsing, producción contra la cual "Solomon Kane" pierde en casi todas las comparativas. Una de ellas es la inexpresividad de James Purefoy para encarnar a un personaje siniestro y controvertido como el puritano Kane, al cual realmente podría, quizás, haberle extraído mayor jugo.
Y en todo momento se respira la sensación de que esta obra es una producción de segunda categoría, distante en posibilidades económicas de las pesos pesados del género.

Título: "Cazador de Demonios: Solomon Kane"
Año: 2010
Origen: Francia / Reino Unido / República Checa
Director: Michael Bassett
Principales intérpretes: James Purefoy, Max Von Sydow y Rachel Hurd Wood
Duración: 104 minutos
Calificación: ☻☻☻☻☻☻☻

Comentó: Javier Parente, para OXIDO.-

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